“Al joven empresario se le sobreprotege al principio, pero a los dos años lo sueltan en la selva y lo matan a impuestos”

La Asociación de Jóvenes Empresarios de Aragón (AJE Aragón) reúne a unos 400 emprendedores de todos los sectores económicos y de diversos tamaños. Para ser miembro de pleno derecho, con voto y posibilidad de formar parte de la junta, hay que tener 41 años como máximo aunque algunos siguen afiliados después de esa edad. Antonio Becerril ha sido su presidente durante los tres últimos años. Se despide del cargo, que actualmente compatibiliza con el de vicepresidente de la Confederación Española de Jóvenes Empresarios (CEAJE), en diciembre tras haber logrado traer a Zaragoza por primera vez el Congreso Nacional de Jóvenes Empresarios, el pasado 20 de octubre.

¿Qué servicios ofrece la AJE a sus asociados?
El primer beneficio que tienes es asesoría en aspectos que no van con tu actividad principal: marketing, laboral, fiscal… Se dan charlas, talleres, píldoras informativas… Cada vez el joven empresario tiene que estar al tanto, no sólo de su actividad principal, sino de todo lo que rodea al empresario. Por otro lado, al ser joven, con tus amigos de cuadrilla no hablas de empresa y necesitas compartir con gente como tú los problemas e inquietudes que tienes, gente que hable el mismo idioma. Por eso se fundó la asociación de Jóvenes Empresarios en su día. Además, hacemos mucho networking, mucha colaboración entre nosotros.

Se habla mucho ahora de networking, ¿es una herramienta que realmente están utilizando las nuevas generaciones de empresarios?
Sí. Antes no era tanto, pero ahora cada vez que hacemos un networking siempre se llena. Está muy bien la tecnología para comunicarse con personas que están a miles de kilómetros de nosotros, pero al final también tenemos que tener ese contacto cercano de vernos a los ojos, de darnos un apretón de manos y de hablar de tú a tú. Con el networking nos damos a conocer entre todos. Las empresas jóvenes decimos que está la co-competencia: colaboramos para ser más competitivos. A veces pensamos en contratar un servicio o producto de fuera y lo podemos tener cerca. Cuando más cerca lo tengamos mucho mejor para todos porque la economía se queda en nuestro territorio.

¿Cómo es el contexto económico actual en Aragón para los negocios de nuevos emprendedores?
Me gustaría que fuera más sencillo y más rápido formar una empresa. Que no hubiera tantos impedimentos económicos al principio ni tantas trabas burocráticas. Y dejar un espacio prudente hasta que realmente un empresario pueda facturar. Luego, sí, que pague sus impuestos como todos. Me gustaría también que no hubiera tanta protección a los empresarios que comienzan, en el sentido de que a veces nos sobreprotegemos demasiado con el tema de edificios majestuosos, con una secretaria, salas de reuniones, un alquiler muy barato, toda la tecnología… Luego realmente lo sacas de esa protección y lo sueltas en la selva donde te matan a impuestos, donde no tienes ayuda, donde realmente te tienes que pagar una oficina sin muchos lujos como tenías en el Vivero. Es como el animal que tienen en el zoo, que le dan de comer y le limpian la jaula, y luego lo sacan a la selva. Hay dos vertientes: por una parte me estás protegiendo demasiado dándome esas facilidades y por otra me subes más los impuestos. Luego ese apoyo al segundo año me lo quitas y me sueltas en la selva.

¿Qué efectos tiene esta política de sobreprotección al empresario joven?
Al final los datos no mienten: la mortalidad de las empresas es muy alta a partir del tercer año, que es cuando te quitan las ayudas. ¿Y qué pasa con ese dinero que nos hemos gastado en esas empresas? Y con esa protección que les has dado a las nuevas empresas, ¿cuántas viejas han desaparecido porque no podían hacer frente a sus gastos, bajar sus costes y ser más competitivos? Los viejos emprendedores están en desventaja. El que no tiene ese beneficio, que se tiene que pagar un alquiler, una secretaria o secretario, ¿qué le pasa? Habría que apoyar de verdad al que monta una empresa, con menos impuestos e ir bajándolo a la realidad poco a poco.

¿Cómo está Aragón en el tema de impuestos y de gestiones administrativas para las nuevas empresas respecto al resto de España?
Esta es una de las comunidades donde más impuestos se pagan. Quisiéramos que todas las comunidades tuvieran las mismas posibilidades y la misma burocracia. Y en lo fiscal igual. Nos quejamos de muchos países que tributan menos, pero al final en nuestro propio territorio tenemos un reino de taifas.

¿Qué diferencias generacionales hay entre los jóvenes emprendedores en Aragón y los veteranos? ¿Se está produciendo algún cambio en la filosofía empresarial?
Yo no distingo mucho al joven empresario del veterano por la edad. Hay gente que tiene 70 años que es muy dinámica y no se le pone nada por medio, y gente que es más tradicional con 30 años. Es probable que el joven empresario esté más dispuesto a viajar, a transgredir fronteras y no le importa hacer relaciones comerciales con la India, por ejemplo. El cambio tecnológico tampoco se nota mucho porque o te adaptas o mueres. Eso es para todos: los jóvenes, los viejos, los medianos y los de cualquier tipo.

Recientemente Zaragoza acogió por primera vez el XXI Congreso Nacional de Jóvenes Empresarios, ¿qué supuso esto para la ciudad?
Fue una oportunidad de poner a Zaragoza en el mapa para mucha gente. Hubo más de 1.000 participantes, entre ellos gente de otras ciudades y de Estados Unidos que no conocían Zaragoza, porque por aquí se pasa pero no se para. Además, la gente se quedó muy asombrada del nivel de los ponentes locales, más alto incluso que los internacionales. Se llevaron una sorpresa del nivel que hay en Aragón. Hubo una repercusión mediática muy importante y dicen que ha sido el mejor Congreso de Jóvenes Empresarios a nivel nacional hasta la fecha, por calidad y por cantidad

En el congreso se analizaron los retos que deparará el panorama empresarial y social venidero. ¿Cuáles fueron las conclusiones a este respecto?
Quedó claro que no sabemos hacia dónde vamos. La historia reciente nos dice que no lo sabemos, que todo va muy rápido. Pero saber que no lo sabemos para mí es muy importante. Como consecuencia, lo mejor es estar preparados en habilidades y destrezas que te dan la posibilidad de adaptarte muy rápidamente para lo que está viniendo.