“En Aragón somos muy punteros gracias a la FIMA y porque el propio sector está muy motivado y no le cuesta invertir”

La Asociación Regional de Agricultores y Ganaderos de Aragón (ARAGA) defiende los intereses de los agricultores y ganaderos aragoneses desde hace más de 40 años. Como organización profesional agraria aragonesa, ARAGA tiene representatividad ante las distintas administraciones y es la voz de las necesidades y problemas de los agricultores y ganaderos aragoneses. “Sentido común” en las normativas y reglamentos que rigen su actividad económica, es una de sus principales reivindicaciones, según subraya su presidente, Jorge Valero, en esta entrevista.

Los sectores agroganadero y el medio rural aragonés en general han evolucionado de forma significativa. ¿También sus reivindicaciones y necesidades?

Hay que tener en cuenta que somos la patronal de un sector estratégico y fundamental, con una visión empresarial y muy profesionalizada de la actividad agraria y ganadera. ARAGA somos la única organización agraria exclusivamente aragonesa e independiente, somos interlocutores determinantes con las distintas instancias y por supuesto con la Consejería, y tenemos capacidad para movilizarnos como hemos hecho siempre que ha sido necesario.

Una interlocución intensa por ser precisamente un sector estratégico, que requiere una protección especial y dónde la Política Agrícola Común (PAC) tiene un papel determinante…

Es que precisamente con la PAC no se pueden hacer experimentos porque nos jugamos el sector. En años catastróficos como este, el cobro de la PAC es la única garantía que tenemos. Por eso, vigilamos de cerca las propuestas de la Consejería, y no nos gustan las que no nos aporten las máximas garantías. Porque necesitamos protección por la pérdida de renta agraria. Hablamos de 45.000 solicitantes de la PAC, 45.000 empresarios. A cambio también somos además un sector muy intervenido por la administración, tenemos los mayores controles medioambientales… Por eso hay una Consejería específica de Agricultura y Ganadería, porque somos un sector estratégico, vinculado a la alimentación y el territorio. La interlocución con la administración es buena, pero lógicamente no estamos de acuerdo en todo. Consideramos que en el presupuesto se está siempre jugando con fuego, porque la mayoría de las ayudas son cofinanciadas y para que Aragón pueda aprovecharse al 100% no se puede dejar todo para el final.

Qué ha supuesto la crisis para el sector.

Como sector primario somos muy anticíclicos, lo que si se ha notado que más gente ajena al sector ha intentado introducirse, pero se han encontrado con que somos una de las PYMES más caras: la inversión en maquinaria es muy alta, el capital territorial supone la adquisición de mínimo 150 ó 200 hectáreas… Está claro que no te haces

agricultor a no ser que lo seas de casa…. Además, somos un sector muy ligado con la vocación y la propiedad, no es fácil entrar a este mundo si no perteneces a él.

Además parece que se trata de una actividad cada vez más exigente, con muchas necesidades de actualización, muchos controles… ¿Cómo centra ARAGA la prioridad de los servicios que presta al sector?

Desde la patronal garantizamos servicios imprescindibles para los empresarios en la gestión de sus explotaciones: asesoramiento agropecuario, asesoría jurídica especializada en legislación agropecuaria y medioambiental, tramitación de subvenciones, seguros, PAC… Somos un sector con mucha necesidad de asesoramiento para cada paso que damos. Porque el campo no tiene puertas, y tenemos muchos problemas de responsabilidad por infracciones que ocurren en nuestros campos, aunque no sean provocadas por nosotros, que somos los primeros interesados en producir con calidad y respetar el medio ambiente. Pero no existe la presunción de inocencia, si en nuestros campos aparecen unas rodadas más profundas de las permitidas aunque sean consecuencia de una acción ajena a nosotros, como están en nuestro campo, la responsabilidad es nuestra… Cuando precisamente somos los agricultores los que estamos haciendo el mayor esfuerzo de mantenimiento y en hacer las cosas bien. Dónde hay agricultores y ganadería, los montes están limpios. Pero en general hay un exceso de burocracia que nos genera indefensión, por falta de sentido común, porque se están aplicando normativas de otros países sin hacer una adaptación previa al nuestro…

Y en este sentido, también podemos decir que la Administración aragonesa siempre va por encima de la norma de la EU, lo que hace que necesitemos muchos asesores para todo… La realidad es que nuestra actividad tiene una exigencia de trámites administrativos excesivos. Por poner un ejemplo, para poner en marcha un regadío, el trámite para la prospección para ver si hay agua tarda de 9 a 12 meses, después más de un año hasta que todo está en regla, total, hacen falta dos años moviendo papeles para empezar a trabajar, ¿qué pequeño negocio puede permitirse esos plazos?

Y la sequía este año, no permite hacer buenos pronósticos…

Un año y medio sin apenas lluvia es un desastre. Cubrir la sequía es muy caro y se están haciendo tres veces más de seguros que el año pasado… Es un esfuerzo tremendo sembrar para luego ver que no llueve o que llueve tarde.. Son riesgos que sabemos y que asumimos porque los llevamos en la sangre, pero la sensación cada inicio de campaña es que estás enterrando tu dinero y no sabes si lo vas a recuperar… Somos un sector acostumbrado a protegerse, y muy previsores y pagadores, sabemos que se puede ganar un año y perder dos… Las inversiones son muy altas y no se pueden asumir sin ayudas…

¿Destaca Aragón en un sector absolutamente ligado a la modernización?

El mayor lujo que tenemos en Zaragoza y Aragón es la FIMA, la segunda feria más importante de Europa, después de París. Somos muy punteros en gran parte gracias a la FIMA, se nota en la red de concesionarios y suministros de maquinaria que tenemos,

y porque el propio sector está muy motivado y no le cuesta invertir. Tenemos muy claro que igual que la revolución industrial transformó el mundo, la revolución agraria, con su mecanización y automatización a niveles insospechados, también lo está transformando.

¿Y la internacionalización?

Es fundamental en nuestro sector y estamos muy posicionados, puesto que producimos alimentos para seis millones de personas y somos uno en Aragón… Un ejemplo muy indicativo es que, por ejemplo, Casa Ganaderos de Zaragoza, por cierto, la empresa más antigua de Europa, fundada en 1218, está vendiendo ternasco de Aragón en Dubái