FECZA

Rehabilitación con “Sello de Calidad”, la marca de confianza del sector de la construcción

La Federación de Empresas de la Construcción de Zaragoza (FECZA) pone en valor el perfil y trayectoria profesional de sus empresas asociadas y de un sector inmerso en grandes retos para mejorar su mejor posicionamiento en un mercado difícil. Poner en valor su competitividad, calidad y profesionalidad son ejes estratégicos en los que se enmarca el impulso del Sello de Calidad de la Rehabilitación de Aragón, promovido dentro de la Federación por la Asociación de Constructores Contratistas de Obras. Vicente Pedro Lafuente, secretario general de FECZA, asegura que “dinamizar la rehabilitación es la gran  asignatura pendiente”.

 

¿Rehabilitación con “Sello de Calidad”?

– Desde luego, con la creación de este sello hemos querido dar seguridad y confianza al cliente final. Es por tanto un sello privado basado en criterios muy rigurosos que garantizan que las empresas que lo obtienen están certificadas técnica y económicamente y cumplen estrictamente sus obligaciones de prevención de riesgos, de gestión de residuos, seguros y garantías para el cliente, ya que además es obligada la adhesión al sistema arbitral de consumo de la DGA.

 

 ¿Se trata de incentivar las buenas prácticas?

– Por supuesto, el objetivo es luchar contra la competencia desleal  e incentivar la seriedad y profesionalidad de las empresas rehabilitadoras que ponen en valor el tejido empresarial profesional del sector. Y también queremos ir de la mano de empresas de servicios energéticos, entidades que realizan obras para optimizar energía con una inversión en muy buenas condiciones financieras y que el consumidor recupera por el ahorro energético.

 

-¿En qué sentido tiene que evolucionar el ámbito de la rehabilitación?

– Antes se confundía con reforma pero es mucho más y también una obligación de conservación que las Administraciones tienen que exigir e incentivar. En España la rehabilitación es un 8% de lo que es el PIB de construcción, cuando hace años llego a ser un 15%, una tasa que por cierto se duplica en Alemania, donde la rehabilitación llega a ser el 30% de la actividad de la construcción, igual que en el norte de Europa y Francia. Pero en España todavía es una demanda contenida, porque la conservación todavía se asocia mucho a subvenciones, y en esta línea ayudaría también mejoras en la financiación. No obstante, creemos firmemente que la rehabilitación es una opción por la que se tiene que apostar, y que es especialmente interesante en España y en Aragón, para la regeneración de los cascos urbanos que son tan amplios y con tanto valor. Europa también está incidiendo en esta línea, y en concreto en la rehabilitación con eficiencia energética y también desde el punto de vista de la accesibilidad. Por ello es importante que exista un distintivo como el Sello de Calidad de la Rehalitación, que demuestra la alta competitividad y capacitación que están adquiriendo las empresas para realizar proyectos con máximas garantías.

 

¿Y en cuanto a la situación del sector en general? Empiezan a llegar a los titulares noticias como que Zaragoza es una de las provincias dónde se ha empezado a percibir una reducción del stock de vivienda nueva sin vender. ¿Buenas señales en la senda de la recuperación?

– Queda mucho camino pero sí se percibe un punto de inflexión, aunque  todavía quedan cuestiones importantes pendientes como la recuperación de la obra pública, que ha sido la gran sacrificada de las políticas de ajuste. En España el equilibrio debería ser que un tercio de la actividad fuera rehabilitación, un tercio vivienda y un tercio obra pública, para que pudiéramos hablar de construcción sostenible, eficiente y ajustada a los parámetros de austeridad. Se trata de que la construcción ocupe el lugar que ocupa en el resto de Europa, en torno a un 11% del PIB, cuando ahora estamos en un 6,5% del PIB, una merma que se ha traducido también en muchos ERES en los sectores indirectos: electrodomésticos, cerámica, muebles…

 

¿En qué dirección se debe avanzar para consolidar la recuperación?

Por una parte y en consecuencia a la realidad de cómo han bajado los niveles de renta, debemos ser capaces de ofrecer productos que la gente pueda pagar, y eso exige un esfuerzo en aligerar costes de producción, pero tenemos una normativa agobiante y carísima y mucha de ella ineficiente. Y en urbanismo desde luego hay que tender a unos planes urbanísticos más manejables, con menos cargas y cesiones y que permitan aumentar densidades y edificabilidad para poder hacer productos más baratos y accesibles. Muy importante también reivindicar en obra pública que las administraciones se tienen que comprometer con el mantenimiento de las infraestructuras, porque lo contrario encarece exponencialmente el coste de cuando se interviene tarde, mientras que sólo con el mantenimiento se garantiza una inversión pública suficiente y más rentable. E igualmente es necesario pedir en los concursos públicos más sensibilidad hacia las empresas que están creando riqueza y empleo en Aragón, que ofrecen todas las garantías y prestigian el sector y que no se deben quedar fuera porque en las adjudicaciones se acaban priorizando precios y dando lugar a bajas temerarias de empresas sin garantías y que están dando pie a una auténtica competencia desleal.