“Las mutuas somos el paradigma de la colaboración público-privada”

La innovación y la investigación forman parte del ADN de la MAZ, que ha sido pionera en España en técnicas punteras en materia de microcirugía, telemedicina, prótesis, rehabilitación… La Mutua nació en 1905 en Zaragoza, es de ámbito nacional, y a día de hoy tiene 650.000 trabajadores asegurados, entre trabajadores por cuenta ajena y autónomos. Guillermo de Vilchez, director gerente de MAZ, destaca en esta entrevista la eficiencia demostrada por este modelo de colaboración público-privada.

La Mutua MAZ es toda una institución en esta comunidad y esta ciudad. Pero, quizá, a buena parte de los ciudadanos les costaría definirla con precisión. ¿Cuál es el papel, hoy, de MAZ?
Es una entidad que se dedica a ayudar a las empresas en la salud laboral, en el bienestar de sus trabajadores. Somos colaboradores de la Seguridad Social, lo que hacemos es actuar en su nombre en temas relacionados con la salud de los trabajadores. Y a día de hoy, ofrecemos seis tipos de prestaciones. Por ejemplo, atención en accidente de trabajo y la enfermedad profesional (diagnóstico, tratamiento, curación, rehabilitación, y prestación económica durante la baja. También prestación económica por baja de enfermedad común, por riesgo de embarazo y lactancia, por cuidado de hijos enfermos y el cese de actividad de trabajo de los autónomos. También realizamos campañas de sensibilización, especialmente para que empresas medianas y pequeñas se mentalicen en que hay que poner medios para prevenir los accidentes.
Además, la ley de Seguridad Social nos asigna un presupuesto para acción social. A través de la comisión de prestaciones especiales damos asistencia allá donde no llega la Seguridad Social. Por ejemplo, si una persona tiene un accidente grave que le implica una invalidez, se le puede ayudar en el arreglo de la vivienda, para ensanchar puertas, que quepa su silla de ruedas y que haga una vida lo más normal posible.

Por entender su envergadura en cifras, ¿a cuántas personas asiste anualmente esta Mutua y con cuántos centros y empresas coopera a nivel regional y estatal?
La Mutua nació en 1905 en Zaragoza, es una mutua nacional y tenemos 650.000 trabajadores asegurados, entre trabajadores por cuenta ajena y autónomos. De ellos, el año pasado atendimos a 195.000 pacientes; realizamos 894.000 actos médicos, de los cuales fueron 308.000 consultas, 206.000 sesiones de fisioterapia, 107.000 pruebas de radio imagen, 55.000 urgencias, 3.500 intervenciones quirúrgicas…
Afortunadamente, hay muy pocos accidentes graves o muy graves, pues la prevención de riesgos laborales, en estos años, ha facilitado que las empresas pongan medidas, pero sigue habiendo muchas incidencias.
Estamos en todas las provincias y en las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla. Tenemos 86 centros propios (el más grande es el hospital de Zaragoza) y unos 800 conciertos con terceros, que son o bien centros de otras mutuas, centros de los servicios públicos de salud o centros privados. Un caso particular es la especial colaboración que tenemos un grupo de seis mutuas que denominamos SUMA (Balear, Egarsat, Montañesa, Navarra, Umivale y MAZ), que damos cobertura en conjunto a 2.400.000 trabajadores y compartimos centros de trabajo, conocimiento y experiencia conjuntas para mejorar el servicio a nuestros asegurados y aportamos importantes ahorros al sistema de Seguridad Social.

En pleno debate sobre la convivencia entre la sanidad pública y privada, ¿cuál es el lugar de las mutuas en general y MAZ en particular?
Ahora somos 19 mutuas en España, todas hacemos lo mismo y damos el mismo tipo de prestaciones. Y creo que las mutuas somos el paradigma de la colaboración público-privada. Nosotros, el año pasado, tuvimos unos ingresos totales de 482 millones de euros; el 90% de esos ingresos son cotizaciones de la seguridad social. Con todos recursos, que son públicos, lo que hacemos es aplicar gestión privada. De todo ese dinero, dedicamos 200 millones de euros a pagar prestaciones sociales, 36 a prestaciones relacionadas con el accidente de trabajo y la enfermedad profesional, 154 a prestaciones relacionadas con las bajas por enfermedad común, 15 millones a atender a mujeres embarazadas, 1,7 millones para el cuidado de menores…
Tenemos muchos indicadores y un seguimiento de ellos como si fuéramos una empresa privada. Y eso tiene la ventaja de que logramos una capacidad de organización mucho mayor que el sector público: entendemos que nuestra gestión del recurso público es más eficiente que en el propio sector público.
Pedimos que nos permitan hacer lo que hacemos con los accidentes de trabajo en el caso de la enfermedad común. Así, aprovecharíamos nuestra capacidad de gestión y ayudaríamos a los trabajadores, al sector público y a las empresas. Lo que pasa es que las competencias de Sanidad están transferidas a las Comunidades Autónomas y las mutuas dependemos del Ministerio de Trabajo, Migración y Seguridad Social. Es complejo, pero tiene que venir porque va a ser no solo bueno para el país, sino imprescindible.

MAZ está especializada en atención a quienes haya sufrido accidentes de trabajo o enfermedades profesionales. ¿Cómo afecta a las mutuas la reducción de la siniestralidad?
La siniestralidad no se ha reducido, se ha reducido la gravedad de los accidentes. En los trabajos administrativos no suele haber accidentes; en los trabajos de la construcción, por ejemplo, hay más. Con la crisis, bajó la siniestralidad, pero estos últimos años, en que se ha recuperado actividad, ha vuelto a subir. Como la prevención lleva muchos años actuando, los percances graves son escasos. El año pasado, en MAZ tuvimos 57.000 accidentes laborales, con 14 fallecidos (4 de ellos in-itínere) y 83 accidentes graves (14 de ellos in itinere) en toda España.

En un mundo que vira cada vez más hacia lo digital, también en el entorno laboral, ¿cómo se adapta MAZ a estos nuevos tiempos y qué retos debe afrontar?

Tenemos en marcha desde el año 2017 un plan específico de transformación digital, que afrontamos desde un triple enfoque. Por un lado, el interlocutor digital: estamos tratando de asegurar que cualquier receptor de servicios de la mutua, empresas y trabajadores, tengan comunicación digital para cualquier prestación que necesiten. Otro enfoque es el del empleado digital: tenemos que asegurar que trabajamos de manera diferente, más eficiente cada día, y eso implica hacer que nuestras herramientas tecnológicas sean colaborativas. El tercer punto es la transformación de los procesos: por ejemplo, el circuito del paciente que llega a urgencias de la mutua, hasta que es recuperado y rehabilitado para volver a su trabajo, lo vamos modificando incorporando herramientas de tipo digital que aporten decisiones mejores y más rápidas. Además, le dedicamos un enorme esfuerzo a la ciberseguridad: como mutua, manejamos datos sanitarios y, por tanto, muy sensibles y tenemos que protegerlos bien.

¿Cuál es la relación de la Mutua con las empresas aragonesas y nacionales?

Hoy, el principal problema que tienen las empresas es el absentismo. En España, el año pasado, las jornadas no trabajadas fueron el equivalente a que un millón de personas no trabajaron en todo el año y eso es un disparate. De ese millón, la inmensa mayoría tiene una baja justificada, pero hay un pequeño porcentaje que abusa de extender la baja y otro que se ve entorpecido por la burocracia del sistema. ¿Dónde podemos colaborar las mutuas y ya lo estamos haciendo? En enfermedad común, donde se da el 89% de esas jornadas perdidas mencionadas antes, acelerando diagnósticos y tratamientos, si nos autoriza el paciente y el servicio público de salud, y proponiendo altas cuando entendemos que el trabajador está en condiciones de salud laboral. Por otro lado, con el análisis de qué patologías y accidentes tienen más frecuencia y hacemos campañas de sensibilización en las empresas, para prevenir la siniestralidad y controlar el absentismo, estamos ayudando a todo el sistema.
Con las empresas que más podemos colaborar es con aquellas que tienen a alguien que gestiona los recursos humanos, y no todas lo tienen. No olvidemos que el 99% del tejido empresarial español son empresas pequeñas, algo que se ve muy claramente en Aragón.

La innovación es clave en el sector sanitario, ¿cómo y en qué innova MAZ?
La innovación y la investigación forman parte del ADN de la MAZ, ya no de los últimos años, sino de hace mucho tiempo. Por ejemplo, en el año 1981, el hospital de MAZ en Zaragoza hizo el primer trasplante completo de una mano amputada. Desde entonces, hemos seguido haciendo cursos para asegurar que todo ese conocimiento en microcirugía de la mano se pueda transmitir al máximo de profesionales posible.
En 1983, nosotros hacíamos telemedicina con el equipo del programa de Al filo de lo imposible: no había los dispositivos de ahora, pero por teléfono se hacía diagnóstico y en 72 horas conseguíamos traer a alguien del K2 al hospital de MAZ en Zaragoza. En 2012, fuimos el segundo hospital de España y el primero de Aragón en implantar la técnica de fast track y lograr así que una persona a la que se ha implantado una prótesis de rodilla salga al cuarto día del hospital sin muletas ni dolores. En 2015, este hospital de MAZ fue el primero del mundo en utilizar una férula de impresión 3D para acelerar la rehabilitación de miembro superior. En 2018, pusimos en marcha el programa ‘donación del cuerpo virtual’, que consiste en donar las imágenes clínicas (resonancias, escáneres, radiografías,…), generando un repositorio de volúmenes corporales virtuales (3D) sobre los que se pueden llevar a cabo, aparte de las tareas asistenciales, otras encaminadas a la docencia e investigación.