FEMZ

Javier Ferrer, presidente FEMZ: «Tan importante como el desarrollo económico ha sido el cambio de mentalidad y el avance hacia temas de calidad y competitividad».

El 5 de marzo se han cumplido 40 años del nacimiento de la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza, con una trayectoria que hace honor a su lema: “La fuerza del metal”.

Con cerca de 2.000 empresas asociadas, que suman casi 20.000 trabajadores de industria y comercio de metal, la Federación de Empresarios del Metal de Zaragoza (FEMZ), es una de las asociaciones empresariales sectoriales más numerosas y representativas de España. El 5 de marzo se cumplen 40 años del nacimiento de la FEMZ, unas siglas que con esta trayectoria y estas cifras, justifican sobradamente el lema que identifica a esta importante organización empresarial: “La fuerza del metal”. Tan fuerte como la convicción y compromiso de su presidente, Javier Ferrer, con el impulso de plataformas empresariales representativas, que le han llevado a estar en primera línea de organizaciones como CEOE y Confederación Española del Comercio, de la que fue presidente fundador. También ha estado al frente de la presidencia de Confemetal, Confederación Regional de Empresarios de Aragón (hoy CEOE Aragón) y Confederación de Empresarios de Zaragoza (hoy CEOE Zaragoza) entre otros cargos destacados, siendo además desde 1991 hasta la actualidad, consejero del Consejo Económico y Social.

Para la FEMZ y para el conjunto del sector empresarial, 40 años tiene que haber supuesto un cambio de escenario significativo.

Efectivamente, las organizaciones empresariales en 1977 nacieron fuertes y unidas para defender los intereses del sector y dar servicios a los empresarios en un escenario que no se parece en nada al actual y contribuyeron claramente al desarrollo económico de España. Entonces se sentaron las bases del diálogo social, las relaciones con los sindicatos… y ha sido muy importante el cambio de mentalidad sobre el papel de la empresa y el empresario como creador de riqueza y empleo, también la evolución en la calidad y la categoría profesional que proyecta España. Desde luego, tan significado como el desarrollo económico ha sido el avance hacia temas de calidad, competitividad, prevención de riesgos laborales, formación de los trabajadores, internacionalización…

¿Qué balance hace del papel y la representatividad de la federación en estos 40 años?

Nosotros representamos sobre todo en Aragón el número más importante de industria, hemos sido siempre la más potente, la que más ha colaborado en las organizaciones empresariales y hemos intervenido activamente en proyectos decisivos: Montamos equipos para atender las prospecciones que se hacían cuando Opel estudiaba instalarse en Zaragoza. También luchamos para que hubiera suelo industrial, por ubicaciones de empresas, porque los polígonos se reestructurasen, hemos trabajado por el empresario, y también ha sido fundamental la negociación colectiva y la relación con los sindicatos, propiciando una estabilidad que los empresarios valoran y que también favorece la instalación de nuevas industrias, y en definitiva nos hace ser más competitivos.

El peso del sector metalúrgico sigue destacando en el conjunto de la economía de Zaragoza.

Hay que tener en cuenta que un sector industrial que externaliza parte de su trabajo, aumenta el sector servicios pero no deja de ser industria, y Zaragoza y provincia depende mucho de la industria. PLAZA es un claro ejemplo de cómo diversificando se ha conseguido una potencia logística tremenda, se ha sabido aprovechar la situación geográfica, y también anticiparse y ser competitivos ante las necesidades logísticas que ha supuesto la venta por internet, por ejemplo.

¿Fortalezas y expectativas de crecimiento del sector?

Pues hay que poner en valor que siendo muy importante el sector del automóvil, hay muchos otros ámbitos potentes y punteros como electrodomésticos, el sector de la cama, transportes, construcción de ferrocarriles, carrocerías de maquinaria agrícola, además, por supuesto, del papel, industrias químicas, y sin obviar, la construcción, que tiene unas características especiales… La diversificación y potenciar nuevos sectores, es fundamental.

¿Optimismo y prudencia ante la venta de General Motors en Europa a PSA?

Sobre todo confiando en nuestra competitividad. Por algo se habrá fijado Citroën en Opel y en querer producir ya parte de su producto en la fábrica de Figueruelas, será porque el modelo es competitivo y de calidad. Además, las empresas no son ajenas a las circunstancias políticas, y estoy convencido de que es el momento de Europa, que debe creer en sí misma y ser capaz de crear grandes grupos industriales europeos. Desde luego, lo que es un error es caer en aislacionismos, como parece ser ahora la apuesta de Estados Unidos.

¿Cuáles son los retos actuales del sector?

La investigación en procesos, la investigación en general es fundamental, estamos en una cuarta revolución industrial, la industria 4.0, y hay que desterrar miedos y demonios, como aparecieron en la primera revolución industrial, en la que se pensaba que esa revolución haría que desaparecieran los puestos de trabajo y los trabajadores se fueran a la calle. Por eso suelo poner como ejemplo que si Ford no hubiera inventado la cadena de montaje hoy no habría  los puestos de trabajo que genera el sector.

¿Deberes pendientes para las Administraciones y responsables políticos?

Desde luego replantear la carga impositiva que actualmente es insoportable, y que además se empeora con una legislación en permanente cambio y con efectos retroactivos que es inasumible. Los gobernantes deberían ser capaces de concentrarse en la racionalización del gasto.