“Al igual que sucede con las personas, las empresas juntas y unidas son capaces de alcanzar metas mayores”

Javier Luzón es el director del máster de formación permanente en Dirección y Gestión de Empresas de la Universidad San Jorge, perteneciente al Grupo San Valero, una institución educativa con centros de enseñanza de E.S.O, Bachillerato, Grados Medios y Superiores, Formación Profesional, Formación Online y Universidad.

 

¿Qué competencias aprenden los alumnos del máster y que son valoradas por las empresas?

Son numerosas las competencias que adquieren los alumnos en este máster y están alineadas con las que las empresas solicitan a sus directivos o candidatos. Todas ellas versan sobre tres ejes principales: competencias analíticas, competencias ejecutivas y competencias comunicativas.

Entre las primeras está la capacidad de discernir en un entorno VUCA (Volatility, Uncertainty, Complexity y Ambiguity) cuáles son las variables claves y las cuestiones fundamentales para una buena toma de decisiones posterior. En ese sentido, un certero análisis del entorno y una buena planificación estratégica ayudan a alcanzar los objetivos y los alumnos aprenden las herramientas imprescindibles para ello.

Entre las competencias ejecutivas están las que favorecen una toma acertada de decisiones y todo lo que conlleva después, desde la planificación y ejecución de proyectos, plasmados en planes operativos y su seguimiento, hasta su evaluación posterior.

En tercer lugar, las competencias comunicativas persiguen que el alumno desarrolle sus capacidades para mejorar la comunicación con todos los grupos de interés que le rodean a él y a su organización. Son importantes especialmente las relacionadas con la capacidad de exponer en público, así como el desarrollo de competencias que permiten debatir, discernir en equipo y focalizar un mensaje. De esta forma, se aprende a comunicar, a transmitir, a defender ideas desde el respeto y la tolerancia en entornos complejos y a convencer a los diferentes grupos de interés: compañeros, superiores, subordinados, proveedores, clientes, accionistas y en definitiva todos los stakeholders.

 

¿Qué características diferencian al máster de la USJ?

Este máster es un programa que abarca los diferentes ámbitos y áreas que afectan a las organizaciones, empresas y otros tipos de entidades en su sentido más amplio, desde las cuestiones más estratégicas a las más operativas. Pero, además, tiene la peculiaridad de que, a pesar de esa visión general, aborda también cuestiones más concretas de máxima actualidad fruto de los cambios que se están produciendo en la sociedad y, por ende, en las propias organizaciones.

Para ello hemos contado con un panel de expertos directivos, entre los que se encuentra el Consejo Empresarial de CEOE Aragón, que nos han asesorado y aportado su visión, conocimiento y experiencias en sus áreas específicas.

Gracias a esta colaboración entre CEOE Aragón y la USJ, este programa está planteado atendiendo a los retos y las peculiaridades que se piden hoy en día a los directivos, lo cual nos coloca en vanguardia a la hora de abordar en el máster cuestiones como la creciente sensibilización por la sostenibilidad; la inteligencia artificial aplicada a procesos productivos; las inversiones financieras; el uso del big data y el business intelligence como herramienta fundamental en la toma de decisiones; la industria 4.0, el blockchain y las fintech, así como el desarrollo de habilidades directivas actualizadas al entorno post-covid donde se han modificado muchas de las formas de interactuar y relacionarse por parte de los directivos.

Todo ello, adaptándolo a las nuevas realidades geopolíticas y geoestratégicas que afectan a cuestiones tan variadas como los aprovisionamientos de materias primas, la logística internacional, o el impacto en la economía de macromagnitudes que llevaban estables muchos años y que recientemente se han disparado como la inflación, crisis de determinados bancos, etc.

 

¿Qué aptitudes debe tener alguien que se dedique a la dirección y gestión de empresas?

Aunque parezca un juego de palabras, en mi opinión, la principal aptitud que debe tener alguien que aspire a ser un buen directivo es tener una actitud adecuada.

Salvo en contadas excepciones en las que un directivo tiene unas aptitudes innatas que lo dotan de visión global, capacidad de liderazgo, proactividad, perseverancia, etc., lo normal es que la mayoría de los directivos tengamos que forjar nuestras habilidades y nuestras competencias, tanto con la formación reglada, como en el trabajo en el día a día. Y esas cualidades se potencian afrontando cada reto con una actitud de mejora continua, de afán por aprender, de superación personal, de empatía e interés por los demás.

De esta forma, con esta actitud es más fácil alcanzar los retos que se nos planteen en las organizaciones y que en general están vinculados con hacer crecer nuestra empresa. Pero, lo que marcará la diferencia será, no sólo cuánto ha crecido al cabo de los años, sino cómo lo ha hecho. Si lo ha hecho siendo respetuoso con el entorno, con sensibilidad social, con respeto medioambiental, con el reconocimiento adecuado a los trabajadores, fidelizando a los clientes y cuidando a los proveedores. En definitiva, las aptitudes innatas de un buen directivo pueden ayudarle mucho en la consecución de objetivos, pero las actitudes con las que se afronte ese proceso serán la que determine cómo ha alcanzado esas metas.

 

¿Cuáles son las últimas tendencias que están surgiendo en el ámbito de la empresa?

Sin duda, estamos inmersos en una revolución tecnológica que ya empezó hace unos años pero que está en plena fase de crecimiento exponencial, lo cual hace que en poco tiempo el desarrollo tecnológico crezca tanto que el desfase es más que probable en el corto plazo si no se está actualizado.

Por otra parte, tras años de incertidumbre, la sensibilización medioambiental de las empresas por la sostenibilidad, el reciclado, la logística inversa, la reutilización de materiales y las energías verdes son cuestiones de máxima actualidad, por convencimiento propio y, ahora ya en muchos casos, por normativas y reglamentos que son una realidad y que obligan a ello.

En otro ámbito, las nuevas realidades geopolíticas nos han marcado en los últimos años formas de trabajar que pueden parecer antagónicas a lo que hace apenas una década era lo habitual. La crisis sanitaria, la escasez de materias primas con dependencia de unos pocos países como China, la actual guerra en Ucrania, las restricciones comerciales en Rusia, etc. son aspectos recientes que, sin duda, marcan la tendencia de estos próximos años. No podemos olvidar que esta realidad ha traído como consecuencias el alza brutal de costes de la energía, de los combustibles, de las materias primas, de la inflación, así como la sensación generalizada de inestabilidad internacional que hace promover planes estratégicos más a corto plazo.

Con todo ello, la deslocalización se está reconvirtiendo en relocalización. La cercanía de los proveedores es una tendencia cada vez mayor. La ampliación de un core business hiperespecífico, que hasta hace poco tiempo suponía tener subcontratadas muchas de las funciones de la empresa, se está transformando en que muchas organizaciones aborden ellas mismas áreas de trabajo que habían dejado de hacer o lo hagan de manera diferente.

 

¿Cómo podrían involucrarse las empresas en el ámbito educativo para apoyar y complementar la formación de los estudiantes?

Sin duda, la principal aportación de las empresas en el ámbito educativo pasa por compartir con las universidades y centros de formación sus inquietudes y necesidades. En este máster, la participación de los expertos para definir los aspectos claves del programa ha sido determinante. Por otro lado, la formación de sus empleados es una retroalimentación que favorece a empresa y trabajador.

Otra forma de reforzar sinergias es la acogida de las empresas de alumnos en prácticas para mejorar la cualificación de estas personas y su posterior inserción en el mercado laboral.

Y, por otro lado, siempre es una ecuación que sumará a ambas partes la creación de cátedras de investigación aplicada, la creación de convenios con empresas en los que la universidad pueda participar en el desarrollo de proyectos de investigación, de procesos de estudio que ayuden a las organizaciones.

 

¿Por qué considera importante pertenecer a CEOE? ¿Qué aportan al tejido empresarial y económico el asociacionismo empresarial y el diálogo social?

Las personas somos seres sociales, necesitamos a otros para aprender, para apoyarnos, para defendernos y, en definitiva, para crecer. Lo mismo pasa con las empresas, que juntos y unidos somos capaces de alcanzar metas mayores.

Por eso, organizaciones como CEOE hacen, con mucho acierto, ese papel aglutinador de los intereses que preocupan a las empresas que son, sin ninguna duda, las entidades de generación de riqueza en este país. CEOE permite que las empresas tengan voz desde el punto de vista de las personas que realmente lideran los proyectos, que realmente dirigen el timón de sus organizaciones. La sensibilidad hacia los trabajadores y todos los grupos de interés está presente en la toma de decisiones diaria, pero la explicación a la sociedad de los principales retos que afrontan las empresas corresponde a CEOE transmitirlo y apoyarlo, como viene haciendo hace años, concienciando a la sociedad española de la importancia del tejido productivo y ejercicio de interlocutor con los gobiernos.

En definitiva, CEOE, junto con los sindicatos de los trabajadores, son los representantes de las dos piezas más importantes de la economía española que, con responsabilidad y sentido de estado, deben siempre entenderse para alcanzar un equilibrio entre el crecimiento y sostenibilidad de las empresas, y el desarrollo profesional, económico y social de las personas que conforman y hacen realidad esas empresas.

Por ello, la alianza establecida entre CEOE Aragón, el Grupo San Valero y la Universidad San Jorge es fundamental para reforzar la cooperación entre la empresa y la universidad a través de actividades de formación, asesoramiento y acercamiento de la empresa al aula.