«Es necesario que se reactive el consumo de servicios de artes gráficas, para dar una oportunidad a un sector muy afectado por la pandemia y el impacto digital»

El sector de las artes gráficas tiene una importante tradición e Historia en Aragón, y hoy todavía existen empresas de más de 100 años de trayectoria. Sin embargo, la pandemia ha hecho mella en este sector; que ha visto una drástica reducción de su volumen de facturación y pone en dificultades a empresas que mayormente son pymes o micropymes, sujetas a unas importantes inversiones en sus maquinarias y cuya continuidad es difícil si no se reactiva el consumo y se apoya, especialmente por parte de las administraciones. El presidente de la Asociación Empresarial de Artes Gráficas, Papel y Manipulados de Aragón (AEGRAF) es Santiago Retortillo, quien pone en valor en esta entrevista la calidad de los servicios profesionales que ofrece el sector.

Aragón tiene una consolidada tradición en el mundo de las artes gráficas, pero ¿somos conscientes de ello o nos falta esa “cultura”?

Aragón tiene una tradición dentro del mundo de las Artes Gráficas que se remonta en sus orígenes a la segunda mitad del siglo XV, en concreto a 1475, cuya primera obra impresa “Manipulus Curatorum” realizada por Mateo Flandro, de origen alemán. Posteriormente, aparecen los hermanos Hurus, y otro nombre a destacar es Jorge Cocci.

Existen innumerables e interesantes artículos y trabajos respecto a la tradición gráfica en Aragón y de sus impresores.

Voy a señalar dos artículos muy interesantes disponibles en papel e internet:” La Historia de la Imprenta de Aragón”, de la Gran Enciclopedia Aragonesa, que hace un recorrido bastante pormenorizado; y el catálogo de la exposición “Zaragoza, cuna de los impresores” que se realizó en la Biblioteca General del Paraninfo de la Universidad de Zaragoza.

Por eso, yo creo que no somos conscientes en Aragón de lo importante que ha sido este sector desde el siglo XV como vehículo transmisor de la cultura. De hecho, se comenta que fuimos sede de las primeras imprentas que hubo en España.

 

¿Qué rasgos definen hoy a las empresas de las artes gráficas aragonesas?

 

En la actualidad, más del 85% de las empresas existentes en Aragón son de menos de 10 trabajadores, es decir, estamos hablando de pymes y micropymes. Actualmente, 31 empresas están asociadas en AEGRAF, que suponen más o menos entre el 70 y el 75% del volumen de producción en Aragón. El tipo de servicios que ofrecen nuestras empresas son diversos: desde impresión de trabajo comercial, impresión de libros, etiquetas, packaging, impresión digital, encuadernación y manipulados. Nuestras empresas asesoran a los clientes en función de las necesidades planteadas. Y el abanico de clientes es muy .amplio: todo el tejido empresarial, entidades públicas, agencias de comunicación, profesionales independientes y particulares incluso.

 

AEGRAF ha participado en interesantes proyectos como la limpieza y recuperación de la maquinaria de la Imprenta Blasco. ¿Cómo ha sido ese proceso?

 

Se firmó un convenio con el Ayuntamiento con el Ayuntamiento de Zaragoza en 2018 para el desmontaje, traslado y recuperación de los elementos y enseres que había en la Imprenta Blasco para un espacio museístico. Se hizo en dos fases, primero el traslado a Pontoneros de los bienes inventariados, un proceso muy laborioso que se coordinó con Patrimonio Cultural del Ayuntamiento. Y la segunda fase consistió en limpiar y remozar cinco elementos de los inventariados, que se trasladaron de nuevo a Pontoneros en octubre del 2018.

 

¿En qué situación está actualmente este proyecto, que incluía el diseño de un espacio museístico para reivindicar la relevancia del sector?

 

Con posterioridad el Ayuntamiento inició la rehabilitación del edificio de la Imprenta Blasco para viviendas, y la previsión es que el espacio museístico esté en los bajos. Ahora evidentemente con la emergencia sanitaria en la que nos encontramos se ha ralentizado el proyecto, y entendemos que hay otras prioridades, pero esperamos que el proyecto no caiga en el olvido. Hay que recordar que es un patrimonio de principios del siglo XX.

 

¿Qué proyectos y retos tiene AEGRAF en el horizonte, ya sean de restauración o de novedades para sus asociados?

 

Uno de ellos es, por supuesto, llevar a cabo ese proyecto museístico, porque conforme pasa el tiempo tenemos menos posibilidades de contar con las personas que realmente pueden aportar su conocimiento a esa restauración, que corresponde a un momento totalmente artesanal del oficio.

 

Y otro de los retos, el más importante, es que nuestra asociación se mantenga viva, porque la pandemia ha incidido mucho en nuestro sector y el volumen de facturación ha caído en torno a un 40% en el último año. Por ello, lo que pedimos a las administraciones es que reactiven el consumo, porque de esa forma al menos un porcentaje podrá subsistir, que estamos hablando de empresas de más de 40 años, y estimamos que pese a todo más del 30% del sector va a desaparecer.

 

La digitalización y la reducción del uso del papel son tendencias al alza. ¿Cómo afectan al sector al que representa AEGRAF?

El impacto digital  se ha acrecentado y ha hecho disminuir el trabajo comercial, catálogos, revistas…

Sí ha habido subsectores de las artes gráficas que han mantenido un poco el nivel como son la impresión de etiquetas y packaging. También se ha mantenido la impresión de libro infantil e ilustrado, aunque con tiradas pequeñas. La impresión de libro en general se ha mantenido frente al libro digital pese a los augurios que hubo con la aparición de los ebooks. En este sentido, AEGRAF defiende que se puede mantener esa edición del libro de calidad, de diseño, bien terminado.

 

¿Siguen siendo las artes gráficas, hoy, un trabajo de poso artesanal?

Esta visión es más añorada que real, porque hoy las artes gráficas forman parte del tejido industrial como una industria manufacturera más.

 

¿Cuál es la relación de AEGRAF y sus asociados con el tejido empresarial aragonés en general y con CEOE en particular?

 

La relación es fluida y sobre todo necesaria, sobre todo para un sector como el nuestro, ya que CEOE representa al empresario aragonés ante las instituciones, con una interlocución que nosotros solos no podríamos acometer. En esta situación, por ejemplo, ha sido fundamental la defensa de la prórroga de los ERTES. Y desde luego, estamos trasladando nuestras peticiones para que haya una reactivación del consumo, y un compromiso por parte de las administraciones de un apoyo a lo que es la cultura y la edición de libros.