«La nueva  revolucion industrial es la revolución de los robots»

 

El Colegio Salesiano Nuestra Señora del Pilar de Zaragoza y su Escuela Profesional son muy reconocidas por su amplia oferta formativa y su clara apuesta por la innovación. Por ello, uno de sus buques insignia es el Premio Nacional Don Bosco a la investigación e innovación tecnológica, unos galardones que han alcanzado una notable relevancia en toda España, y que el próximo 14 de marzo celebrarán su 32 edición, a la que concurren 41 proyectos de 10 comunidades autónomas.

La Escuela Profesional Salesiana es muy reconocida por la variada formación que ofrece desde hace décadas y por la calidad de la misma. ¿Cuál es la receta del éxito?
La receta tiene tres ingredientes fundamentales. Uno es el proyecto educativo, que tiene un estilo propio y sitúa al alumno o alumna en el centro, acompañándolo y escuchándolo, haciendo que se sienta el protagonista. Otro ingrediente es el profesorado, personas que, además de ser excelentes profesionales, tienen un compromiso con ese proyecto y con la institución. Y, en tercer lugar, un esfuerzo, en la medida de los recursos que tenemos, por mantener las instalaciones actualizadas respecto a las demandas de las empresas. De cara al mundo laboral, nuestro objetivo es cubrir las necesidades que tiene el tejido empresarial. Las empresas necesitan buenos técnicos, pero sobre todo buscan personas que sepan afrontar retos. Y los salesianos procuramos educar en todos los ámbitos.

En un mundo en el que contar con una titulación universitaria casi se presupone, ¿qué lugar queda para la Formación Profesional?
Nos ha costado y todavía seguimos trabajando en ello, pero, afortunadamente, las gráficas que muestran los porcentajes de alumnos que eligen los grados universitarios y los que optan por la formación profesional se están igualando, como era en Europa y como empieza a ser en España. En concreto, el grado superior goza de buena salud, cada vez hay más chicas y chicos que finalizan bachillerato y que eligen estudiar uno. Incluso, un itinerario que se está comprobando que es bueno consiste en, antes de cursar un grado universitario, pasar por uno superior. Eso aporta un bagaje práctico que viene muy bien en la universidad. También es cierto que cada vez hay más jóvenes que estudian un grado universitario y, después, uno superior. Respecto al grado medio, en nuestro caso todas las especialidades están llenas, hay demanda y cada vez más.

¿Cuánto hay de mito y cuánto de verdad en aquello de que los alumnos de FP son malos estudiantes? Porque aún nos encontramos con noticias que señalan que buena parte de los alumnos no concluyen su formación.
La formación profesional tiene tres vías, el grado superior, el grado medio y la FP básica. Si la pregunta es, respecto a la FP básica, ¿son chicos y chicas a los que no les gusta estudiar? Eso es una realidad, los alumnos provienen de una gran variedad de circunstancias y han perdido la motivación por estudiar en el camino. Pero la formación profesional está consiguiendo recuperar su interés y formarlos en un oficio. En grado medio el abandono es mucho menor, entre un 15 y un 20%. Y en grado superior, casi todos los que empiezan, acaban.

Universitarios o estudiantes de FP, el objetivo final de los que cursan estos grados es encontrar un trabajo. ¿Cuál es la tasa de empleabilidad de los alumnos de la Escuela Profesional Salesiana?
Hoy por hoy, casi podríamos decir que en muchas especialidades hay una empleabilidad del 100%. En grado medio, el 35% de quienes finalizan la formación casi inmediatamente comienza a trabajar; el otro 65% continúa estudiando, normalmente, un grado superior. En los grados superiores, los últimos datos que tenemos apuntan que el 95% del alumnado se queda trabajando. El otro 5% continúa estudios. Por eso, hoy, estudiar una FP es prácticamente tener un trabajo asegurado.

¿Cuál es la relación de la Escuela con el tejido empresarial de Aragón?
Tenemos una vinculación necesaria, en primer lugar, porque los alumnos tienen que hacer unas prácticas en empresas. Ahora mismo contamos con 1500 convenios firmados con empresas para esos periodos. Y, además, estamos en permanente contacto con el tejido empresarial y mantenemos reuniones durante el curso para informarles de las novedades formativas. Por otro lado, también diseñamos formación a medida para las empresas, pues muchos procesos de personal están vinculados a ella, por lo que tenemos una relación permanente con las organizaciones empresariales.

Casi tan reconocido como la propia Escuela es el Premio Don Bosco, que este 2019 celebra su 32ª edición. ¿Qué vamos a encontrar en esta ocasión?
La novedad fundamental está en los premios que se van a otorgar y, además, hemos cambiado algunas categorías. Este año hay cuatro primeros premios y cuatro segundos de tipo económico; hay también un premio especial y cuatro formativos. Al ser un premio de innovación, tenemos que estar también nosotros innovando constantemente. Para este año ya tenemos los datos de participación: se presentan 41 proyectos de 10 comunidades autónomas, 106 personas, 36 tutores y 70 alumnos.

¿Cuál es la relación de los estudiantes de la Escuela con el Premio? ¿Qué les aporta?
Este premio nació con dos objetivos. Por un lado, ser puente entre las empresas y los estudiantes y colegios. El otro fue reconocer las habilidades y actitudes que no quedan recogidas en un boletín de notas, como el trabajo en equipo, la constancia, la innovación, la iniciativa… Eso ha conseguido incentivar y animar a los alumnos y profesores, ya forma parte de la Escuela. No se entendería un curso sin hablar del Premio Don Bosco.

¿Cuál es la relación de las empresas con el Premio? ¿Lo ven como una oportunidad de captar talento?
El segundo objetivo era generar ese puente y diría que sí, que lo conseguimos. De hecho, una de las partes más visuales del Premio es la exposición que se hace, en la que los alumnos muestran aquello que han inventado. Y es cierto que las empresas visitan la exposición con mucho interés. Nos sentimos valorados y respaldados, tanto por las instituciones como por las empresas.

Para finalizar, como profesionales de la formación práctica, ¿cuáles son las disciplinas más demandadas por las empresas y cuáles los grados de FP del futuro?
Esa es una pregunta que nos hacemos a menudo y últimamente, hablando en el claustro de este tema, comentamos que hay muchas especialidades que van a surgir nuevas. Pero las más demandadas probablemente serán las relacionadas con las tecnologías de la información y la comunicación y con la robótica. La nueva revolución industrial es la revolución de los robots. También serán muy buscadas, aunque nosotros no las impartimos, las relacionadas con cubrir las demandas de ocio de las personas y su cuidado.