“No basta con tener recursos turísticos, hay que convertirlos en productos”

Desde hace justo 20 años, Gozarte exhibe con orgullo el patrimonio zaragozano a residentes y turistas. Haciendo gala de su característica pasión por la innovación, preparan un proyecto editorial para lanzar sus propias guías turísticas.

Gozarte nació en el año 2000 y está a punto de cumplir 20 años. ¿Cómo ha cambiado el turismo en estas casi dos décadas? ¿Y cómo ha evolucionado Zaragoza desde el punto de vista turístico?

Todo ha cambiado mucho, pero menos de lo que debería. Nosotros empezamos con actividades sobre patrimonio para los colegios, y prácticamente no había oferta. En temas de turismo, solo existía lo que ofertaba el Ayuntamiento. Tampoco es que ahora haya mucho más, si bien nuestra oferta es amplísima.

Han cambiado cosas, como que llegó el AVE o que la ciudad tiene más recursos turísticos: cuando empezamos, muchos de los museos que hay hoy ni siquiera existían. Lo que creo que no ha cambiado es la actitud: tenemos más recursos, pero en general no hay mentalidad de que el turismo es un negocio. No es suficiente restaurar una catedral si luego no hay un plan para comunicarla.

En eso fallamos. Por ejemplo, la Unesco nos hizo un favor maravilloso declarando el mudéjar Patrimonio de la Humanidad y destacando tres edificios: La Seo, La Aljafería y San Pablo. Pero no tenemos si quiera carteles por la calle. No basta con tener recursos turísticos, hay que convertirlos en productos.

Zaragoza no es una ciudad especialmente turística. ¿Cómo trabajar durante casi 20 años mostrándola y seguir innovando?

Sigue habiendo muchas cosas que no podemos visitar, puertas cerradas que son un estímulo para intentar abrirlas; sigue habiendo muchos puntos de vista desde los que contar la historia y el público cambia, es nuevo.

Hay algo muy estimulante y es pensar que muchas docenas de miles de zaragozanos han pasado por esas actividades y, gracias a eso, ven su ciudad de otra manera y la quieren un poco más.

Otra forma es incorporar cosas nuevas. Por ejemplo, ahora vamos a saltar al mundo editorial, comenzando una línea de libros. Es un reto y nadie nos anima a ello, pero llevan 20 años diciéndonos que estamos como cabras.

¿Cómo será ese proyecto editorial?

Serán guías monográficas sobre monumentos de Aragón con un planteamiento diferente: utilizaremos el tono y lenguaje divulgativo que usamos nosotros, sin descuidar el rigor científico, e incorporarán diferentes elementos, con una parte multimedia. Queremos que sea algo moderno y otra manera de acercarnos al patrimonio. El objetivo es que la primera esté dedicada a Goya en Zaragoza y Aragón, que esté lista este año y que tenga visitas complementarias.

¿Qué es lo que más valoran y disfrutan de la capital aragonesa los turistas que vienen de fuera?

Lo que más les sorprende es todo, porque como tienen tan pocas expectativas… Eso muchas veces se interpreta de forma positiva, pero yo lo veo muy negativo. ¿Cuántos, como no tenían expectativas, no vinieron? Además, no hemos sido capaces de vender un gancho y llegar hasta aquí es complicado. Tenemos AVE, sí, pero para el viajero de fin de semana, que es a por el que van todas las ciudades, no es fácil.

Por ejemplo, si un señor se levanta en Liverpool un miércoles, piensa “¿qué hago este fin de semana?” y mira los vuelos del aeropuerto de Liverpool y ve 67 ciudades, ¿por qué ir a Zaragoza? Cuando hay nuevas rutas en el aeropuerto, eso se traduce rápidamente en visitas en la ciudad.

¿Y los propios zaragozanos, que también son fieles a las propuestas de Gozarte?

Les sorprenden muchas cosas. Por un lado, cuántos recursos tiene la ciudad que ni se imaginaban. Y siempre sorprende lo pequeño, sitios por los que has pasado mil veces y en los que nunca te has fijado. Es importante llamar la atención sobre eso y, también, abrir puertas a las que normalmente no se tiene acceso. Por ejemplo, el año pasado fue el VIII Centenario de la Casa de Ganaderos. Hicimos visitas a su sede en la calle San Andrés y tuvieron un gran éxito; a los zaragozanos le encanta entrar a esos sitios. También sorprende mucho el cementerio, el recorrido por el Canal Imperial, la Cartuja Baja…

¿Qué otras de esas puertas van a abrir este año?

Tenemos un proyecto que se llama 7 iglesias a la fresca, con visitas nocturnas durante el verano, y este año hemos incorporado la de San Felipe. Visitamos espacios de la iglesia que normalmente no se pueden recorrer. Lo importante es cambiar la actitud y con los párrocos ha sido así: ellos se dan cuenta de que les va bien, la gente se va encantada, hay una aportación económica… Nosotros queremos pagar en todas partes, porque, si esto es un negocio, debe serlo para todos.

Gozarte también trabaja por todo Aragón y fuera de la Comunidad. ¿Qué ofrece allá donde trabaja?

Hay mucho más también en Zaragoza, cosas que no se ven como el trabajo con los colegios, que es una gran parte de nuestro volumen. Y, desde hace ya unos años, hacemos excursiones en el día por Aragón, descubrimos muchos sitios nuevos. También hacemos muchos viajes por España. Yo considero que el patrimonio de Cádiz es tan mío como el de Zaragoza, es mi casa y mi herencia, por eso nos movemos mucho por el país con viajes de cuatro o cinco días.

En el extranjero, como somos gente de sur, hacemos Portugal, sur de Francia e Italia y al año que viene incorporaremos Grecia. Dentro de eso, tenemos tres lugares que son nuestros preferidos y los de la gente: Nápoles, Sevilla y Cádiz. Todos son con salidas desde Zaragoza, pero se vuela desde Madrid o Barcelona. Y se apunta cada vez más gente de fuera de Zaragoza.

En estos tiempos en los que cada turista se organiza sus viajes, ese rol de agencia especializada es fundamental para diferenciarse.

Eso es, nosotros no ofrecemos circuitos de 12 días por Italia, sino que ofrecemos circuitos de Nápoles en 8 días. Son viajes especiales, como uno de Murillo y su IV Centenario, u otro que haremos al año que viene sobre la vuelta al mundo de Magallanes… Viajes para conocer los lugares con más tranquilidad y profundidad y conociendo los alrededores.

Como empresa, ¿qué hace diferente a Gozarte? No es simplemente una compañía de visitas guiadas…

Lo primero, que suena a tópico pero estoy absolutamente convencido, es la pasión total que tenemos por lo que hacemos. Son cosas que nos hacen muy felices y necesitamos compartirlas.

Poner a conversar al patrimonio con el público es una de sus máximas. ¿Cómo se ejecuta esto?

El interés de la gente ha crecido, cada vez más quiere conocer lo cercano, lo que tiene alrededor, que es algo que antes llamaba menos la atención. Eso es una ventaja para nosotros y si, además, ese interés viene acompañado de una oferta, mejor para todos. Además, Zaragoza se va abriendo y consigues que lleguen cosas que en otros sitios son normales y que aquí cuesta, pero poco a poco se van viendo.

¿Cuál es la relación de Gozarte con el tejido empresarial aragonés? ¿Surgen sinergias?

Trabajamos mucho con empresas, organizamos tanto actividades para clientes que vienen de fuera como otras para los propios empleados, congresos, formaciones… Para que los que vienen a Zaragoza no se queden sin conocer la ciudad. Las ofrecemos tanto en español como en otros idiomas, y hemos tenido hasta australianos.

El día a día de Gozarte parece de lo más interesante y atractivo. ¿Cómo es trabajar en esta empresa que une ocio, cultura y patrimonio?

Es frenético, puedes hacer planes, pero no siempre se cumplen. En verano es más tranquilo, aunque normalmente es un constante trajín y los teléfonos no dejan de sonar.

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